domingo, 3 de octubre de 2010

Prólogo.

“El tiempo se detuvo en el momento en el que sus ojos color miel se clavaron en los míos.

La lucha continuaba. El resto de hombres y mujeres armados todavía entregaba alma y cuerpo en la batalla. Pero yo ya no era consciente del surco de sangre que empapaba el terreno yermo.

Ahora solo éramos ella y yo...

Juntas y separadas.

No quise escucharles cuando hablaron del destino… Y en el fondo siempre supe que tenían razón. Habíamos nacido para permanecer unidas… sabiendo que no podríamos sobrevivir las dos.

Su mueca de odio y rencor se había transformado en una expresión dulce, como siempre había sido… Nunca tuvo que ser de otra manera.

Siempre había oído hablar sobre la dificultad de adaptación a las circunstancias más adversas, pero nunca hubiese imaginado que fuese de aquel modo. Y a pesar de todo, sé que volvería a pasar por todo ese dolor para que ella no tuviese que hacerlo nunca más.

No pensaba atacarla, de hecho confiaba en que ella lo hiciese, pero sus músculos parecían tan relajados como los míos.

Alzó el brazo derecho pausadamente y se lo llevó a la espalda para desenvainar un arma que había pasado desapercibida asta aquel instante, pero que yo ya conocía…

Acabaría conmigo con mis propias armas. Al fin y al cabo era una justa venganza.

Era una espada perfecta, tallada en un acero que resplandecía con un brillo rojizo, como si unas llamas eternas la estuviesen consumiendo.

Agaché la cabeza en señal de derrota.

Pude escuchar el zumbido del filo de la espada al cortar el viento… antes de clavarse en el suelo ante mí.

La miré con una admiración insana y el indestructible acero me devolvió el reflejo de mi mirada… fría… como siempre había sido. Quizás todo había vuelto a la normalidad. Para bien… o para mal.

Ella todavía permanecía inmóvil frente a mí cuando me decidí a levantar la mirada. No encontraba las palabras necesarias para agradecerle todo lo que había hecho por mí durante todo aquel tiempo, pero no necesité pensar en ello.

Pude percibirlo incluso antes de que ocurriese.

Una gran masa de oscuridad se acercaba a nosotras a una velocidad inimaginable.

No… Ella no. Tenía que salvarse.

Pudo percibir el horror reflejado en mi mirada, por lo que alzó un brazo formando una cúpula protectora a nuestro alrededor. Solo necesité un instante para que una lágrima descendiera por mi rostro entumecido.

No habría otra oportunidad. En el fondo siempre supe que daría mi vida por ella.

Di un paso vacilante hacia atrás; pero antes de abandonar aquel lugar que nos mantenía con vida, esbocé una media sonrisa.

Observé su expresión confundida durante unos instantes.

Mis últimos pensamientos, irían para ella.

“Para siempre… Juntas”

4 comentarios:

  1. Hola wapas!!!

    Mucha suerte con vuestro nuevo proyecto!!:) Deseo que os vaya fenomenal!!:D

    Me he leído el prologo, esta muy bien!! Seguir así!!:D

    ¿ Tenéis ya sinopsis de la historia para saber de que va?:)

    Muchos besotes!!!:)

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  2. Que bien escribes/escribis, quien lo haya escrito jaja!
    Voy a seguir leyendo para ver que pasa..

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  3. ME HA ENCANTADO EL PRÓLOGO CHICAS :D

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  4. Wow, me he encontrado esto de casualidad, y ha sido toda una sorpresa, me ha gustado :) Definitivamente seguiré leyendo <3
    Buen trabajo!!!

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