Aquella chica era realmente muy extraña. Mientras la observaba, fascinada, me preguntaba a mí misma qué era lo que me había impulsado a ir a buscarla. Nunca había hecho nada semejante.
Mi mirada vagó hacia la ventana, donde me fijé en los dos chicos perfectos, que caminaban hacia la derecha.
- Sí, son ellos- se limitó a decir- Y vienen para aquí.
- ¿Cómo lo sabes?- pregunté, confusa, a la vez que me levantaba.
Sobrevino un silencio, en el que sus ojos de hielo se clavaron en mí como si intentara atravesarme con ellos.
Tragué saliva, empezando a estar incómoda otra vez.
- Porque por ahí se viene a esta sala, niña.
- Tengo nombre- protesté.
- Pero yo no lo sé- sonrió, parecía estar vacilándome.
- Chloe.
Me miró otra vez, volvió a sonreír y dijo, sencillamente:
- Daphne.
Justo en ese momento, antes de que pudiera decir nada, se abrió la puerta de la sala. Las dos giramos la cabeza automáticamente en esa dirección, y vimos como entraban los dos chicos.
Volví a tragar saliva.
"Tranquilízate, Chloe" me ordené.
Cualquier chica se pondría así al verlos, pero Daphne ni se inmutó.
- Vaya- dijo con voz neutra el chico de pelo castaño- parece que no somos los primeros en llegar.
- ¿Y cómo has llegado a esa brillante conclusión?- se mofó Daphne, poniendo las manos en las caderas.
El chico se limitó a sonreír, como si supiese algo que nosotras no sabíamos, y su compañero se adelantó.
- Nos iremos entonces- sentenció.
Yo seguía petrificada en el sitio, consciente de tener la expresión más ridícula que se puede tener. Se estaban dando la vuelta cuando Daphne volvió a hablar:
- Vosotros sois los nuevos, ¿me equivoco?
Se giraron lentamente.
- Exacto- murmuró el de pelo negro- ¿Y tu eres...?
- Daphne.
Clavó su mirada en ella.
- Yasher, encantado.
- ¿Qué clase de nombre es ese?- la chica sonrió.
- El mío- su voz era desafiante. Luego pareció tranquilizarse- Este es mi hermano Arniel.
"Otro nombre extraño" pensé yo.
- Y esta- me señaló la chica- es mi... esta es Chloe.
"Claro, no iba a decir que yo era su amiga" pensé.
Me limité a asentir secamente con la cabeza y a fruncir los labios, poniéndome colorada.
- Encantado- dijo Arniel en ese momento, y me sonrió.
Bajé la mirada rápidamente. Era tan guapo que me daba vergüenza hasta mirarle.
- ¿De donde sois?- preguntaba Daphne en ese momento.
Los chicos compartieron una mirada cómplice.
- De muy lejos- sonrió Arniel.
- Vale, siguiente pregunta- dijo bruscamente la chica- ¿Cómo es que habéis entrado en el equipo de atletismo tan fácilmente?
Miró directamente a los ojos a Yasher, probablemente intentando demostrar que no le tenía miedo a nada. A mí me hubiese amedrentado, pero no era ése el caso del chico.
- Somos buenos- sonrió.
- Muy buenos- añadió su hermano.
Tragué saliva por enésima vez.
¡Uhhh! Me mola, chicas. ¡Se pone interesanteee! *O* Me caen bien las chicas, jeje.
ResponderEliminar¡Enhorabuena por la novela! =)