domingo, 10 de octubre de 2010

Chloe

Una vez fuera, mi respiración se normalizó, lo cual fue un total alivio.

Me dirigí hacia el edificio principal, donde teníamos la próxima clase, esperando que Daphne me siguiese, como sería lo normal.

No obstante, ella se giró para empezar a andar en dirección contraria.

- ¿Qué haces?- pregunté, contrariada.

- Me largo de aquí.

Parecía impaciente por terminar aquella conversación.

- Tenemos clase- ya sabía que era obvio, pero no se me ocurría otra cosa que decir.

- Me da igual- se encogió de hombros- necesito tomar el aire.

- ¿Y vas a volver?

Pareció pensárselo, pero al final sonrió de medio lado.

- Tú espérame. Igual aparezco.

Luego se rió entre dientes y se marchó tranquilamente.

La observé andar hasta que desapareció, pensando en que, obviamente, aquello había sido un sarcasmo y no iba a volver.

Me sorprendí a mí misma sintiendo lástima por ese hecho. A pesar de todo, me estaba empezando a caer bien.

Llegué a clase de Matemáticas justo a tiempo. El profesor acababa de llegar, y yo podía correr mucho si me lo proponía. Lo extraño fue que no era capaz de concentrarme. Y eso que las Matemáticas me encantaban, eran mi asignatura favorita. Seguía pensando en aquella chica.

Aunque no me parecía demasiado bien que se saltara todas las clases. Nunca me habían agradado las irresponsabilidades, y menos de ese calibre.

Puede que esa fuera otra de las razones por las que no tenía amigos…

“Es su problema” acabé pensando “puede hacer lo que quiera con su vida”

Aunque claro, le envidiaba un poco. Sentía algo de celos hacia esa forma suya de comportarse, tan despreocupada, tan independiente, tan… solitaria.

Ella, que tenía tantos amigos, y era tan popular, parecía no importarle, y, aun queriendo estar sola, le asaltaban las amistades por doquier.

Yo, en cambio, que deseaba desesperadamente tener amigos, no los tenía, y no era nada popular.

Paradojas de la vida.

Seguía absorta en mis pensamientos cuando una voz me hizo reaccionar:

- ¡Chloe!- me llamaba mi profesor, un tanto mosqueado.

- Ehh, lo siento… ¿Qué me decía?- dije ruborizándome.

- Que si puedes salir a corregir el apartado D- me repitió, despacio.

- Claro.

Y salí a la pizarra con la libreta. Tenía suerte de ser buena en matemáticas, porque, en mi ensimismamiento, me había olvidado de hacer los ejercicios.

Escribí las fórmulas en la pizarra procurando que el profesor no se diese cuenta de que mi libreta estaba totalmente en blanco. Conseguí hacerlo bien, y me volví a sentar.

“Perfecto” pensé, abatida “Empezamos bien el curso…”

El resto de clases pasaron con normalidad, aunque me resultaba bastante difícil atender, porque estaba pensando en cómo hacerme amiga de aquella chica.

Los últimos años solía pasarme los días ideando estrategias para caerle bien a la gente. Lo frustrante era que, por muy buenas que me pareciesen, luego, al ponerlas en práctica, fracasaban estrepitosamente.

Parecía como si el destino se negase en redondo a dejarme tener vida social.

Al final desistí en mi idea de hacer una estrategia, pues ninguna funcionaba, y decidí buscarla después de clase (si es que al final aparecía), y proponerle hacer algo juntas, ir al cine o algo parecido. A lo mejor si probaba con algo simple funcionaba.

Cuando tocó el timbre, recogí mis cosas y la busqué a la salida, pero no la encontré. Pensé que o se había ido o estaba muy bien escondida. Hasta busqué en la sala donde habíamos estado, pero no aparecía.

"No debería de haberla buscado” pensé, abatida "Dejó claro que no iba a volver".

Me extrañé ligeramente de la necesidad que sentía de hacerme amiga de aquella chica en particular. No era precisamente lo que tenía en mente cuando pensaba en “la amiga ideal”. No era habladora, más bien era callada, era poco sociable y le costaba sonreír.

Pero tenía algo… diferente. No sabría explicarlo con palabras, era, simplemente, diferente. Como si nos conociésemos desde hace mucho.

Y me fui a mi casa andando, despacio y con la cabeza gacha.

1 comentario:

  1. Es curioso. Yo tengo cientos de amigos y sin embargo no paso de todo, me lo curro bastante. Así que soy una mezcla entre las dos chicas. Aunque mis tácticas nunca fallan y menos estrepitosamente, adoro los detalles jajaja. Bueno espero que escribas pronto, a ver dónde se ha metido la chica!

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